martes, septiembre 30, 2008

el campo no queda tan lejos

el tanque gigante amenaza la ventana.
la vieja tela verde no evitaría el desastre,

el chirrido de los vidrios
la invasión del agua.


al costado,
las nubes de luz de luna
tapan por momentos
el titilar rojo de la antena de un poco más allá,
cercana a la tierra que le sigue al bolichón de sauces,
orquesta de viento en la noche.

el mosquitero muestra sus miles de cuadrículas,
trabajo de arquitectos pareciera ser la vida.
este magullón de alambres
como insólito salvador del dolor del otro día,
del picazón,
del sigiloso deseo de amputación.

como portero con su escoba
chista fuerte el grillo rey
del charco que se forma debajo del gigante,
pequeño espejo del culo del tanque,
de las miserias,
las filtraciones y los años.

puede sentirse el frío de los hierros de la cama,
la piel y las frazadas
encapsulan los cuerpitos.
dejan sólo,
colarse al aire del respirar más pausado,
gran gloria desvalorizada.

las puertas bailan apenas
y arriba,
el grueso techo de barro
parece disolverse
por lo grande del afuera.

en la otra habitación
está pasando lo mismo,
seguramente.

miércoles, septiembre 10, 2008

no es tren el subte, dice

tiene la línea C
curvas de película.
el pegoteo impide las caídas,
sirven de algo las muchedumbres
y los enredos.

fantaseo con el descarrilamiento,
con mi frente ensangrentada,
con un fuerte dolor en el brazo,
con la idea de contarle a los borrachos de siempre
que la zafé de milagro
que valoro lo que tengo
que no le entrego mis latidos
a ninguna zamba desencantada.

un vidrio lleno de huellas
separa a los hambrientos por salir
con los desaforados por entrar.
la gente se niega a entender
que no hay vaso lleno al que le quepa más agua.
afuera,
el sol no doblega a ningún caminante
no le regala su propia sombra a nadie.

en la oficina de infracciones de tránsito
sillas de plástico negro bien brillante
en línea y ordenadas,
parecen la escuadra de infantería agazapada,
sometida a nuestros culos en espera,
encantadora ilusión.

quilombo es el microcentro,
pocos perros por la calle,
y la red de cables en el cielo
como butacas
para las palomas que se ríen de nosotros.
somos mejor comedia del año,
cada año.

martes, septiembre 02, 2008

no corre seguido angelito

pedazo de luna cae
sobre risueña mujer,
se acaba al instante
el cuerpito desmedido.
pretensión mal llevada
del manco escultor.

Pedazo de luna cae y
es despropósito que traza,
mi cierta creatividad de monigote.

no correr el colectivo
es perder algo de gracia.
acobarda resignarse a mitad de camino,
ver girar el carromato
y sentirse vencido
pidiendo a gritos sangre
y algún pulmón de atleta.

la espera tiene lo suyo,
la llegada mucho más.

lo mismo parece decir la vieja
del segundo cuando tira
papeles en bollos por la ventana.
pequeña sonrisa se le escapa
antes de las tres,
antes quizás del último sueño.
de su llegada al infinito,
al silencio verdadero.

el hollín es impiadoso,
negra le dejó
su bufanda blanca.

el cana de la esquina la juna de reojo
como al reloj que marca
la llegada del de caudales.
no vaya a ser cosa
que tenga que hacerse el pistolero
para llevarse una parte
o una bala en el pecho.

miércoles, mayo 14, 2008

angelito se empeda fácil

se cruza Puente Alsina
y todavía, por suerte,
hay barrios de polvo.
ausencia de asfalto,
intentos perdidos de empedrado

en época de fiesta
va la gente de casa en casa
de vaso en vaso
de ruido a ruido
de besos al aire

andan los abuelos en sus sillas,
en la misma de hace tantos años,
borrachos de tanto brindis,
cabeceando en los pocos minutos
que tienen entre los que se van
y los que llegan,
para decir lo mismo
para sonreír en un salud
y luego irse.

en la calle todo es sepia,
todo es foto vieja de cajón.
se llevan el color
los objetos de los patios,
los enanos de jardín,
el balde azul de carmencita,
la ropa en las sogas
y el brillo de las botellas rotas
como espinas en el final de los paredones.
saben igual los gatos cómo sortear el filo,
cómo gambetearle a su propia sangre.